CLIENTE
Legado
LUGAR
Lima - Ayacucho
AÑO
2024
El desafío:
Humanizar un ícono cultural bajo presión
El Danzaq, personaje inspirado en el danzante de tijeras —Patrimonio Inmaterial de la Humanidad—, necesitaba una transformación urgente: pasar de una ilustración estática a un símbolo vibrante que encarnara los valores de respeto, excelencia y amistad de los Juegos Bolivarianos 2024. El reto era doble:
Conservar la esencia cultural
Mantener los detalles del vestuario tradicional (bordados, chaleco, sombrero) en las 32 nuevas posiciones.
Dinamizar sin distorsionar
Dotar al personaje de expresiones faciales y lenguaje corporal que lo hicieran cercano, sin perder su aura mística.
Tiempo récord
Solo 45 días para redibujar la figura base y crear 22 poses deportivas + 10 genéricas, con cambios constantes en los requisitos.
"No era solo dibujar: era capturar la energía de un danzante que también es atleta",
explicó el ilustrador líder.
La estrategia:
Armonizando tradición y movimiento
El equipo enfrentó un desafío técnico sin precedentes:
adaptar el complejo vestuario del Danzaq a 32 poses dinámicas sin sacrificar su esencia cultural. El proceso se centró en tres pilares:
1. Preservación de símbolos sagrados:
- Chaleco con bordados de wamanis (espíritus andinos) y flores de retama.
- Sombrero de cuatro puntas que honra los suyus del Tahuantinsuyo.
- Tijeras rituales replicando diseños de maestros danzantes.
2. Adaptación deportiva inteligente:
- En el salto largo, las cintas del sombrero simularon el vuelo de un cóndor.
- Para el remo, el chaleco mantuvo sus pliegues tradicionales pese a la torsión del torso.
- En Wushu, las tijeras conservaron su filigrana incluso en giros rápidos.
3. Validación ágil:
- Bocetos revisados por danzantes reales para ajustar detalles culturales (ej: inclinación del sombrero en poses activas).
El resultado fue un personaje que trasciende el papel: un puente entre la danza ancestral y la hazaña deportiva, listo para guiar a espectadores y atletas en un viaje visual por Ayacucho 2024.
Resultados:
Un Danzaq que danza entre deportes
En 45 días, se entregó:
1 ilustración base rediseñada
Más expresiva, con volumen y sombreado que resaltaban su dualidad (artista y atleta).
32 posiciones
validadas
Desde el levantamiento de pesas (deporte) hasta el abrazo de bienvenida (genérico), todas con coherencia visual.
Adaptabilidad garantizada
Las ilustraciones funcionaron en formatos web, impresos y merchandising sin perder definición.
El éxito se reflejó en cómo el Danzaq trascendió su rol gráfico: se convirtió en un símbolo unificador que entrelazó el patrimonio cultural de Ayacucho con la diversidad deportiva, enriqueciendo la identidad visual del evento sin necesidad de métricas convencionales.
Legado:
Cuando el arte se convierte en puente
Este proyecto demostró que el diseño puede ser un traductor cultural:
- Herramienta educativa: Las ilustraciones se usarón en talleres escolares para enseñar sobre la danza de tijeras y su significado histórico.
- Símbolo de unidad: El Danzaq, con sus poses dinámicas, refuerza que los Juegos no son solo competencia, sino un diálogo entre tradición y modernidad.
Conclusión:
Donde otros ven plazos, nosotros vimos coreografías
Rediseñar al Danzaq no fue un simple encargo gráfico: fue un acto de
respeto al patrimonio vivo. Cada línea, cada sombra, cada pose, son un homenaje a los danzantes que desafían la gravedad y al espíritu deportivo que une naciones. Este caso no cierra con la entrega; se inaugura cada vez que un espectador reconoce en el personaje la grandeza de Ayacucho y la fuerza de sus juegos.